viernes, 22 de febrero de 2008

El viaje

Sadashiva decía que había viajado a la India, más precisamente a los Himalayas, lugar en donde habría sido contactado por uno de los monjes Ishayas. Ellos le habrían enseñado las técnicas o llaves, encomendándole que las diera a conocer al mundo entero. Según él, estos monjes tienen su monasterio en un lugar secreto e inaccesible, al que sólo se puede llegar guiado por uno de ellos. Un año y medio decía haber sido entrenado por estos monjes, a fin de tener la maestría de las enseñanzas.


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Anugya me explicó que este viaje provocaba ciertas diferencias entre los diferentes estudiantes de Sadashiva. Algunos no dudaban de la veracidad del periplo, otros pensaban que las enseñanzas las había canalizado y que habría inventado lo del viaje para dar una explicación más "aterrizada". También me contó que algunos no creen en el viaje, pues se rumoreaba que un investigador privado había descubierto que uno de sus hijos había recibido correspondencia de él durante su viaje, pero con remitentes y estampillas de diferentes ciudades de Estados Unidos. Este investigador habría constatado que nunca salió de los EEUU en el período que señala estaba en la India.

Lo que si sabía Anugya era que Sadashiva enseñaba desde antes las técnicas de la Ascensión. Hubo un momento en que él se comenzó a alejar de la Meditación Trascendental o mejor dicho, de sus rigideces y jerarquías. Empezó a enseñar unas técnicas que llamó Actitudes de Ascensión basadas en la Alabanza, la Gratitud y el Amor. La forma de enseñar y la misma estructura era casi idéntica a la de la MT, sólo que lo que era un mantra en la MT, en la Ascensión eran las actitudes antes mencionadas en forma de aseveraciones. De hecho, él reconocía que Maharishi Mahesh Yogi las había inspirado. Fue mucho después que a sus alumnos les comenzó a contar lo del viaje a los Himalayas y de su encuentro con los supuestos Monjes Ishayas.


Lo que me planteó Anugya es que a ella le daba lo mismo la procedencia de las técnicas, pues la veracidad de ellas radican en su efectividad. Que ellas hablan por sí solas. Reconozco que esto me incomoda un poco, ya que no me agradan este tipo de "nebulosas" dentro de una historia. Lo único concreto es el set de técnicas cuya práctica diaria aumentaría la conciencia, lo que en su grado extremo implicaría, ni más ni menos, que la mismísima iluminación.

Me costaba asociar que algo tan tangible en su práctica pudiese actuar como una suerte de reset de nuestras marcas mnémicas...o los surcos que el stress ha ido creando día tras día. Y que además, pudiese aumentar la conciencia...!!! No puedo negar que me sentí algo incrédula, pero no menos interesada. ¿Acaso no somos redes neuronales, electricidad y química? ¿No podían estas técnicas, actuar como calibradores de lo emocional o lo psíquico?

Decidí aprenderlas en cuanto Anugya me ofreció enseñármelas. Nada perdía y podía ganar mucho. Mal no me harían. Ella pensaba que las llaves eran invaluables, por lo que no se debía cobrar por ellas. Pero que aquellos que se dedicaban a enseñarlas y a vivir una vida dedicada a la enseñanza podían cobrar por su tiempo. Ella decía que estaba construyendo una nueva sociedad con su mente creadora. Un mundo en que todos se conectaran a través de este meditar. Ascendiendo juntos. Expandiendo. Hechos uno. Para esto, era preciso liberar las técnicas, buscar un modo de enseñarlas gratuitamente e instando a los practicantes a tomar contacto con algún maestro ishaya que lo acompañara en el proceso. -"Siempre es aconsejable una comunidad espiritual que te contenga-" decía.