miércoles, 5 de marzo de 2008

El cristal

Se dice que las Llaves Ishaya comienzan a transformar tu contexto. Que el mundo mágicamente comienza a cambiar. Tal vez no es "magia". Es uno mutando

Aún mejor que una reflexión estilo constructivista, les ofrezco este relato que a mí, al menos, me iluminó mucho. Es una enseñanza tibetana.

En algún lugar recóndito del Universo, habitaba un cristal en medio de la oscuridad. De pronto, el rayo de luz de una lejana estrella lo atravesó. Frente al cristal se desplegó un arco iris de colores brillantes. El cristal no podía creer lo que veía. Nunca había visto algo así. Al principio tuvo miedo del arco iris. Luego, la belleza de sus colores logró cautivarlo. Quiso tenerlo y sufrió por no poder capturarlo. El cristal, ignorante, no sabía que junto a la luz, era su propia naturaleza de prisma quien lo producía.


Un prisma poco pulido manifestará un arco iris poco definido...difuso. No hay nada incorrecto en él. Es lo que es y manifiesta según su naturaleza y estado. Un cristal muy pulido dará por resultado un arco iris definido y de vivos colores. Y uno con trizaduras las reflejará igualmente.

Las llaves, al aumentar nuestra conciencia, permiten que nuestras vidas cambien. El cristal aumenta en transparencia. Cada vez que ascendemos, también lo que percibimos como "real" cambia. No hay separación entre lo observado y el observador. Se perturban inevitablemente.

A mayor conciencia, al igual que un reflejo de nosotros mismos, la vida se hace más plena, creativa y luminosa.